Bienvenidos de nuevo a este blog, en el que por esta ocasión quisiera compartir el resultado de un proceso muy personal que ha surgido de los duelos de dos personas muy significativas para mí, mi madre y mi abuela materna, quienes han fallecido con una diferencia de 10 años.
Lo primero es compartir como el concepto de la muerte de quienes amo se ha ido transformando en mí, de una visión dolorosa y que a toda costa quería evitar, a verla como un paso natural que todos vamos a vivir; es en este proceso de aprendizaje donde he ido descubriendo que hay maneras de vivir que me permite acercarme a la gratitud del buen morir.
Aquí viene el primer agradecimiento: “El buen morir”, el cual tiene que ver con “el buen vivir”, con la alegría de estar vivo, con el disfrute de cada minuto y en el que el tiempo es solo pasajero, por lo que lo importante es estar en el aquí y en el ahora. Mientras escribo estas palabras viene a mi mente la imagen de mi abuelita materna con su cerveza en la mano riendo, disfrutando el solo estar. Ella vivió tan bien cada minuto de su vida, que nos dejó hace pocos días a sus 98 años, no por ganas sino porque su cuerpo así lo requirió.
Este agradecimiento, me lleva al siguiente, gracias por la vida de las personas que en vida compartieron sus enseñanzas a través de sus acciones, las cuales fueron silenciosas, sin bombos ni platillos.
Es en este punto que mi memoria trae a mi madre, quien ejerció como profesora de secundaria o instituto público, ya que cuando íbamos caminando en una ciudad como Bogotá, se le acercaban quienes habían sido estudiantes suyos agradeciendole todo lo que había hecho por ellos, recordando multitud de palabras, acompañamientos y acciones que por amor a su profesión y a sus estudiantes brindaba. La pasión de estar vivo a través de compartirse con los otros, un gran aprendizaje de acción.
Y entonces la vida, es lo que me permite agradecer el duelo, porque me lleva a recordar y traer al hoy lo importante de quienes se han ido y todo aquello que nos han dejado.
El PARA QUÉ estuvieron en mi vida, también me permite agradecer; sé que gracias a lo bueno, a lo difícil o la malo de nuestras relaciones (que hubo algo de ello), siempre dejó una enseñanza que a mi corazón y alma lo llevo a crecer y transformarme en lo que me he convertido hoy; tal vez un poco alejada de lo que para sus parámetros, al menos de mi madre era lo ideal, pero sé que estaría feliz de verme así como soy y estoy.
Gracias a todos los que leen estas líneas, por que este proceso sigue, estas personas que amo se han ido hace años o días, y el dolor, aunque está aquí en mi corazón se va transformando en esto, agradecimiento; el poder compartirlo me permite continuar desde mi deseo de ser mi mejor versión.
Un abrazo de corazón y si están pasando por un duelo, vivirlo es lo mejor. Siéntete acompañado en tu proceso, tomando el tiempo que necesites para llegar a agradecer la presencia del que partió.
Con cariño, Mile
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