Cuando buscamos acompañamiento de un profesional, ya sea en terapia o en coaching, una de las expectativas que he observado que se presenta frecuentemente hace referencia a la expectativa de recibir durante el proceso un manual acerca de cómo actuar en las situaciones que estamos viviendo y que nos causan dolor, o cómo conseguir un objetivo o meta. Un manual detallado, que sea la guía de nuestro comportamiento o el de los que nos rodean, para lograr el mundo que soñamos o esperamos.
Esta expectativa es imposible cumplirla, puesto que, al ser seres humanos únicos, con historias particulares y maneras de relacionarnos específicas, las opciones de como sanarnos o conseguir nuestros objetivos varían de persona a persona. El dar un guion o manual solo presenta una ausencia de respeto a nuestra propia individualidad, nuestras capacidades y nuestra libertad.
En este sentido, el profesional que nos esté acompañando respetará nuestro camino, nuestros valores y más aún las decisiones que tomamos durante el proceso. Esto implica también que durante el proceso como clientes / pacientes iremos desarrollando responsabilidad de las decisiones que tomamos, de la visión y narrativa que tenemos de nuestra propia historia y del proceso que estamos llevando a cabo.
Otra de las expectativas más comunes hace referencia a la directividad del proceso, es decir de la expectativa de que el profesional nos indicará los pasos a seguir durante las sesiones y el cómo ir avanzando.
Esta expectativa es parcialmente cierta, puesto que, aunque definamos un objetivo a lograr en nuestro proceso y se hayan acordado algunas técnicas que de acuerdo a la evidencia científica funcionan en el caso particular; el profesional siempre irá construyendo con la persona que asiste al proceso el camino que se va a seguir, puesto que la vida es impredecible y se nos presentan situaciones que hacen necesario cambiar el orden, las técnicas, el enfoque o en sí mismo el objetivo.
En conclusión, el proceso tanto de coaching como de terapia es flexible, la definición o redefinición del objetivo siempre se encuentra claramente en el horizonte de acuerdo con el cliente
/ paciente, quien es el dueño del proceso. El profesional acompaña al cliente / paciente y está con él para lo que considere importante y/o necesario bajo un proceso de reflexión y análisis desde sus necesidades. Así mismo, quien está en proceso de reconstruirse, reinventarse y/o sanarse es quien toma las decisiones, define el camino y el cómo espera y necesita ser acompañado. Los manuales bajo estos conceptos son inexistentes e inviables.
Espero que estas líneas les sean útiles para encontrar claridad con respecto a algunas expectativas que nos surgen cuando deseamos iniciar un proceso terapéutico o de coaching.
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