En estos últimos días se me ha presentado un fenómeno que es usual en casi todos los pacientes y/o clientes con los que interactuó, y es la aparición del concepto de “verdad”; y lo escribo entre comillas por que la verdad es definida desde el punto de vista de quien lo nombra, y hablar de una verdad única es casi imposible.
¿Pero que es la verdad en un proceso terapéutico? Podría definirse como la narración que el mismo paciente o cliente ha creado para sí mismo de un momento de su historia, de su vida o de un hecho en particular. Es decir, el paciente o cliente ha construido su verdad de acuerdo con su percepción, valores personales y sociales, el orden en que se han presentado los hechos y las emociones que ha sentido durante el momento; así como en los resultados obtenidos y el impacto que han tenido en su vida.
El paciente tiene clara su “verdad”, sin embargo, a veces es tan dolorosa, difícil de aceptar y asociada a emociones desagradables que sienten que es mejor esconderla o al menos evadirla; y cuando se toma la decisión de iniciar un proceso terapéutico o de coaching el objetivo que los pacientes o cachees muchas veces expresan es el de obtener herramientas para acallarla, esconderla más profundo y por ende no tocarla ni verla a la cara; con ello esperando conseguir una sensación de bienestar al desaparecerla.
Y es en este punto es donde reside una de las resistencias o dificultades más comunes durante la terapia o coaching; usualmente esa “verdad” a callar se hace visible, palpable y transparente, despiertando la defensa del paciente, y lo expresa resistiendose a trabajarla y mirarla de frente.
Si somos este paciente y/o cliente, la recomendación que me gustaría brindarles es que confíen en quien los acompaña, así como confíen en sí mismos y su capacidad de ver la verdad, reescribirla, abrazarla y sobre todo transformarla. Cada vez que escondemos algo y queremos ponerlo bajo tierra siempre termina surgiendo con más dolor y más fuerza; al contrario, cuando la vemos y la afrontamos, se da el cambio, el crecimiento, la paz y la tranquilidad.
Los invito a ver sus “verdades” que desean ocultar o callar, y así transformarlas en una “verdad” que transforme su realidad en el aquí y en el ahora. Una verdad qué al asumirla y aceptarla, así como reinterpretarla, puede cambiarnos y transformar la vida que estamos llevando. Es aquí, cuando logro escuchar en mis pacientes y/o clientes, “es la primera vez que no oculto la “verdad”, veo el cambio y me siento mejor”.
Si sientes que tu caso es este, contactame, sera un gusto acompañarte a ver esa "verdad" que tanto malestar te genera.
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