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¿Mis emociones sabotean mi bienestar?

Actualizado: 29 jul 2022

Por alguna razón, en nuestras culturas en Hispanoamérica las emociones desagradables se han transformado en nuestras grandes enemigas a vencer, al ser aquellas indomables, volcánicas, impredecibles y cuyo único objetivo posible por nuestra parte es el de “controlarlas”. ¿Lo has intentado?, ¿Qué tal se siente intentar hacerlo?, ¿por cuánto tiempo lo logras?


Mientas nos respondemos, me gustaría compartirte lo que veo en mi consulta y poder acompañarte en esas respuestas, así que empecemos.


Las personas en las sesiones me comparten su gran malestar por aplicar todas las estrategias posibles, incluida la caballería pesada, para callar y suprimir las emociones, con un alto grado de frustración al ver que todo lo que hacen para lograr ese “control” sólo dura poco tiempo y que como una botella de refresco que se ha batido por largo rato, estalla cuando dejamos de mantener la presión o atención en el control. Bastante gráfico, ¿no es así? Y la pregunta por lo general de ellos es, ¿qué hago con esas emociones?, ¿qué estrategias efectivas puedo utilizar para mantenerlas bajo “control”?


Aquí es en donde me gustaría compartirles que las emociones son una de las tantas herramientas que tenemos los seres humanos para sobrevivir, por lo que su trabajo es hacerse escuchar en contra de toda barrera. Es decir, si hay barrera o necesidad de “control / supresión”, la emoción incrementa su intensidad para poder pasarla y cumplir su objetivo: ser escuchada por la persona. De aquí es de donde surge el malestar.



Mis pacientes me comentan que sí la escuchan, al punto que quieren controlarla, y es allí donde esta el detalle, la diferencia entre oír y escuchar. Oír la emoción, es reconocer que ya llego y de inmediato etiquetarla como ya recibido el mensaje (si esta es agradable) o mejor pasarla al área de supresión (al ser desagradable); por lo que realmente no sé para que vino a “visitarnos” dando lugar a la lucha para ser escuchada (de aquí la explosión y frustración).


El escuchar, es mucho más que oír, es tomar esa emoción desagradable y pasarla a un proceso de comprensión acerca de qué situación la disparo, para qué se está presentando, que mensaje quiere dar y de acuerdo con ese mensaje orientar la acción a tomar. ¡Gran diferencia!


Lo difícil entonces es además de oír que ya tocó la puerta, es escuchar su mensaje, es lograr crear un espacio de silencio y reconocimiento de mí mismo, a pesar de lo desagradable de la emoción, colocando mis sentidos completos en comprender que me pasa. Lo desagradable pasa a ser pasajero, procesado y colocado en donde corresponde dando origen a la tranquilidad y la acción necesaria para indicar que ha cumplido su función.


En resumen, el aprender a aceptar las emociones en toda su dimensión, agradable / desagradable sería el primer paso, olvidarnos de controlarlas el segundo, y el tercero es escucharlas, procesarlas y darles su lugar, para así cuando pasamos a la acción la emoción se difuminará porque ya cumplió su función.


¿Te resuena lo anterior?, y si es así, espero que te ayuden estos tips para poder escuchar y sentir tus emociones, regulando lo desagradable de una manera beneficiosa para ti.


Sí sientes que es difícil para ti aprender a hacerlo sólo y necesitas acompañamiento, contáctame, será un verdadero gusto acompañarte en este proceso de gestionar y procesar nuestras emociones, haciéndolas nuestras grandes amigas para vivir en plenitud y bienestar.

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